Las Enseñanzas de Confucio


Confucio no fue particularmente un Mensajero de Dios, sino un hombre, pero sus enseñanzas moldearon e influenciaron a muchas culturas de la antiguedad, formando y educando las mentes de los seres, aún hasta nuestros días.

Si bien los detalles de su vida escapan los libros de historia, Las Analectas, los fragmentos de los escritos de Confucio, nos revelan muchos detalles sobre su vida y sus enseñanzas. Confucio nació en un mundo lleno de guerras y caos. A los tres años su padre murió, creciendo con su madre en noble pobreza. Curiosamente la educación es la línea de vida de sus enseñanzas. A través de tutores privados y una fuerte determinación, Confucio aprendió sobre historia, cultura y matemáticas. Habiendo nacido en un mundo donde el orden y la armonía eran conceptos centrales del cosmos, Confucio desarrolló un sentimiento profundo por el balance y el ritual.

No existía un Dios Supremo, sino una fuerza natural, descrita como el dragón (el elemento activo y fuerte) y el fénix (el elemento pasivo y suave), los cuales estan en una batalla perpetua, de la cual toda la existencia fluye y se desarrolla. La humanidad tiene el deber de balancear estas dos fuerzas, a través del rotual y el orden, desde el gobernante y la sociedad hasta la familia y el individuo.

Confució vió el contraste entre esta filosofía y el caos que reinaba en su mundo, lo cual lo motivó a buscar la raíz del problema y a desarrollar una visión del mundo que trayera el balance nuevamente al universo. La humanidad necesitaba ayuda. Entonces Confucio se dió a la tarea de desarrollar una filosofía sistemática y armónica con el universo. 

Confucio aprendió sobre el Taoísmo en el Río Amarillo. El Tao, como hemos visto, es la creencia de que existe un Fuente única de la cual todo emana. Sólo reconectándonos con la Naturaleza podemos volver al camino correcto. Pero Confucio buscaba algo más práctico y social. Algo alcanzable con la acción humana. Para Confucio, la solución para los complejos problemas que existían se podían encontrar al estudiar el pasado. El pasado era la fuente de la verdad. Desde joven había  estudiado los textos antiguos. Ahora de adulto, serían la base de su enseñanza. 

La historia presentaba una era anterior donde la moral y la rectitud gobernaban el mundo y vivíamos en una era de oro donde el orden social imperaban. El revivir el pasado traería paz al mundo presente. Para recrear el Camino, la armonía, la sociedad debía restaurar los rituales correctos.  

La religión era el orden y la armonía creada por el ritual, no solo gestos y ceremonias, sino etiqueta y costumbres, el honrar los ancestros y asegurar nuestro lugar en la sociedad, con cortesía, moral y consideración. Confucio se dedicó a perfeccionar el ritual, dándole una nueva vida y significado. Los rituales, ejecutados correctamente, no mecánicamente, pueden crear orden y armonía en la sociedad, y sobre todo, pueden transformarnos completamente, generando reverencia y respeto, tallándonos permanentemente. Esto crearía una transformación a nivel individual y social, transformando el mundo.

Confucio dijo que él no era un innovador y que todas sus enseñanzas eran meramente redescubrimientos de la era de oro en el pasado. Se decía que la sociedad se había desviado de una Edad de Oro anterior, y su tarea era guiarla a su condición adecuada. Pero como veremos, hay razones para creer que gran parte de lo que Confucio enseñó era revolucionario en ese momento, como lo demuestra el hecho de que después de su muerte los emperadores chinos intentaron suprimir la expansión del Confucianismo quemando sus libros y ejecutando a eruditos confucianos. Sin embargo, el Confucianismo y las enseñanzas de Confucio finalmente prevalecieron, y el Confucianismo finalmente recibió la sanción imperial y llegó a ser adoptado como la "religión" estatal (la palabra religión está entre comillas porque hay un debate sobre si el Confucianismo es realmente una religión o simplemente un sistema de filosofía.) La posición privilegiada del Confucianismo en la sociedad china duró muchos siglos, hasta la toma del poder por los comunistas, y tuvo una profunda influencia en el desarrollo de China.

Las enseñanzas de Confucio se centran en dos áreas interrelacionadas: las Enseñanzas Sociales, que tratan sobre el comportamiento apropiado del individuo en la sociedad y sus semejantes, y las Enseñanzas Políticas, que tratan el arte de la gobernanza y la relación adecuada del Regente con el gobernado. Confucio consideraba que la educación era fundamental para lograr una conducta adecuada tanto en la sociedad como en el gobierno.

Las cinco virtudes confucianas son:
  1. Ren: buena voluntad, empatía, generosidad;
  2. Yi - la rectitud, el deber como guardianes de la naturaleza y la humanidad;
  3. Li - conducta correcta y decoro, demostrando tu actitud interna con tus expresiones externas;
  4. Chih - sabiduría;
  5. Hsin - fidelidad y confiabilidad;
Estas virtudes son un requisito para todos, especialmente para los líderes.

Confucio enseñó que las personas deben tener compasión unas por otras y evitar tratar a los demás de manera que ellos mismos no deseen ser tratados: "Lo que no deseas para ti mismo, no lo hagas a los demás". (Analectas 12.2). Para ser compasivo, la gente debe evitar el engrandecimiento personal y ser de una manera simple y lenta de expresión. Deberían practicar el altruismo y la autocontención.

Confucio enseñó que la clave para lograr el auto-dominio apropiado era la adhesión al ritual correcto. En las enseñanzas de Counfucio, el ritual abarcaba tanto las prácticas cuasirreligiosas como la veneración de antepasados ​​muertos, así como el concepto más amplio de etiqueta e interacción social correcta. Confucio enseñó que había obligaciones mutuas entre los miembros de las relaciones sociales, por ejemplo, entre esposo y esposa, padres e hijos, hermano mayor y hermano menor, y así sucesivamente. La adherencia a la conducta adecuada esperada entre los miembros de estas agrupaciones garantizaría una relación armoniosa entre ellos y también serviría como la base de una sociedad justamente estable. La vida se divide en relaciones jerárquicas sociales, responsabilidad filial a la familia, a la sociedad y el estado. La familia sirvió como la semilla de su pensamiento, viendo que todos caen en su lugar en la sociedad, no con autoridad e intimidación, sino por mutuo consentimiento.

Las cinco relaciones confucianas son:
  1. Padre - Hijo
  2. Gobernante - Ciudadano
  3. Esposo - Esposa
  4. Hermano mayor - Hermano Menor
  5. Amigo - Amigo
Cada relación debe contener respeto mutuo y reconocimiento para que la relación funcione. Cada uno de nosotros tiene la obligación moral de desempeñar nuestro papel lo mejor que podamos. La veneración de los antepasados: honrar y recordar a los miembros de la familia que han muerto. Los ancestros no son vistos como dioses. En cambio, recordar es visto como un acto importante de Hsin (fidelidad).

Gran parte de las enseñanzas de Confucio se centraron en el arte de la gobernanza y cómo debería actuar un gobernante. A diferencia de Maquiavelo, quien expuso un concepto de arte de estado amoral en el que aconsejó al gobernante sobre cómo aparecer solo para ganarse la confianza de la gente, mientras que al mismo tiempo se involucraba en opresiones y estratagemas, Confucio abogó por la verdadera justicia y compasión en la parte del gobernante y el gobernado. Solo siendo un gobernante justo, el gobernante disfrutaría del Mandato del Cielo y continuaría teniendo el derecho de gobernar.

Al igual que con sus enseñanzas sociales, Confucio creía que la clave del buen gobierno estaba en que cada hombre llevara a cabo sus deberes según lo prescrito por su posición dentro de la jerarquía. Él declaró: "El buen gobierno consiste en que el gobernante es un gobernante, el ministro es un ministro, el padre es un padre y el hijo es un hijo". (Analectas 12.11)

Era esencial que el gobernante poseyera virtud. La virtud le permitiría a la regla retener la posición suprema. "Quien gobierna por medio de su virtud es, para usar una analogía, como la estrella polar: permanece en su lugar, mientras que todas las estrellas menores le rinden homenaje". (Analectas 2.1). Sorprendentemente, dada la naturaleza violenta de su gobernantes, Confucio creía que los gobernantes no deberían tener que recurrir a la fuerza o la amenaza de castigo para mantener el poder. Él declaró: "Tu trabajo es gobernar, no matar" (Analectas XII: 19)

Para Confucio, la educación es el camino al auto-cultivo, lo que conduce al ser al Ser Superior: un ser moralmente superior, un ejemplo para la sociedad y todo el mundo. Todos debemos de cultivar una virtud, la más difícil de cultivar y obteber: Ren, la bondad original, la humanidad. Todos poseemos Ren, todos podemos revelarlo y cultivarlo, pero requiere estudio y la transformación de nuestro carácter. Esto es un proceso contínuo, una meta, que constantemente debemos perfeccionar, toda la vida.

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