Zoroastro - El Segundo Mensajero de Dios
Zoroastro fue el Segundo Mensajero de Dios, después de Adán, quien mantuvo la fe monoteísta original viva, luego de que la humanidad se sumiera en la oscuridad de la ignorancia, olvidara sus orígenes divinos, y cayera en la idolatría y el materialismo craso.
Se sabe muy poco hacerca de la vida de Zoroastro. Zoroastro nació en una familia principesca en la antigua ciudad de Rae o Ragha en la antigua Persia alrededor del 2,000 AEC. Su padre era Pourushaspa y su madre Dugdhova. Cuando Zoroastro nació, se llamó Spitama, en honor a uno de sus grandes ancestros heroicos.
A la edad de quince años, el joven Spitama, en lugar de asumir los deberes del hogar, se retiró a la soledad, renunciando a la vida mundana. Pasó quince años extenuantes en la contemplación de Dios, enfrentando numerosas dificultades e innumerables tentaciones. El espíritu malvado Ahirman hizo su mejor esfuerzo de varias maneras malvadas para alejarlo del camino elegido. Pero Spitama fue firme en su determinación de buscar a Dios y encontrar respuestas a sus preguntas sobre la vida.
La capacitación para el sacerdocio probablemente comenzó muy temprano, alrededor de los siete años de edad. Se convirtió en sacerdote probablemente alrededor de la edad de quince años, y de acuerdo con los Gathas de los escritos sagrados, obtuvo conocimiento de otros maestros y la experiencia personal de viajar cuando dejó a sus padres a los veinte años. A la edad de treinta años, experimentó una revelación durante un festival de primavera; en la orilla del río vio a un Ser brillante, que se reveló a sí mismo como Vohu Manah (Buen Propósito) y le enseñó sobre Ahura Mazda (Espíritu Sabio) y otras cinco figuras radiantes. Zoroastro pronto se dio cuenta de la existencia de dos Espíritus primarios, siendo el segundo Angra Mainyu (Espíritu Hostil), con conceptos opuestos de Asha (verdad) y Druj (mentira). Así que decidió pasar su vida enseñando a la gente a buscar el Asha. Recibió más revelaciones y vio una visión de los siete Amesha Spenta, y sus enseñanzas fueron recopiladas en los Gathas y el Avesta.
Después de regresar a casa, Zarathushtra comenzó a predicar su nueva religión. Muchos eran reacios a aceptar sus enseñanzas, porque habían caído en formas perversas. Enseñó sobre el libre albedrío y se opuso al uso de la planta alucinógena de Haoma en rituales, al politeísmo, a las ceremonias religiosas excesivas y a los sacrificios de animales, así como al sistema de clases opresivas en Persia, lo que le ganó una fuerte oposición entre las autoridades locales. Durante varios años solo tuvo un discípulo, su primo, Maidyoimaongha. Zoroastro deambulaba de un lugar a otro enseñando a los hombres en qué creía, pero fue en vano. En Irán, la gente aún no estaba lista para aceptarlo como profeta y seguir sus enseñanzas.
Pero Vishtaspa, gobernante de la vecina Bakhdi (Bactria), le dio la bienvenida a Zoroastro con los brazos abiertos. Abrazó la nueva religión y también inspiró a dos de sus ministros y dos de sus hermanos a convertirse en sus discípulos. Con su apoyo, la nueva religión se hizo popular. Vishtaspa libró varias guerras en defensa del nuevo credo. Finalmente, toda oposición a la nueva religión fue vencida y el Zorastrismo se estableció firmemente en Bactria, así como en la antigua Persia y también en algunos de los países vecinos.
Zoroastro continuó predicando la nueva religión a la gente de su tiempo hasta que llegó a una edad avanzada. Según la tradición, vivió durante muchos años después de la conversión de Vishtaspa, logró establecer una comunidad fiel, y se casó tres veces. Sus dos primeras esposas le dieron tres hijos y tres hijas. Su tercera esposa, Hvōvi, no tuvo hijos. Zoroastro murió cuando tenía 77 años, dejando en la tierra un legado vivo firme con Dios y el monoteísmo original revelado en el mundo.